Si tus padres alguna vez te dijeron que comer zanahorias mejoraría tu vista, puedes considerarte víctima de la propaganda de la Segunda Guerra Mundial. El mito se remonta a principios de la década de 1940 y a una famosa campaña de desinformación del gobierno británico. En ese momento, la Real Fuerza Aérea estaba utilizando un nuevo sistema de radar a bordo llamado Radar de Interceptación Aerotransportada, que permitía a sus pilotos apuntar con mayor eficacia a los bombarderos alemanes durante las misiones nocturnas. Para mantener en secreto la verdadera fuente de su mayor número de muertes, la RAF difundió el rumor de que la visión nocturna de sus ases luchadores era el resultado de una dieta constante de zanahorias ricas en vitaminas.
Aunque parezca extraño, la afirmación no era completamente falsa. Las zanahorias son una buena fuente de betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A, un componente crucial de la salud general de los ojos. Pero si bien las zanahorias pueden ayudar a la visión de una persona con desnutrición severa, devorar cantidades excesivas de zanahorias no le permitirá deshacerse repentinamente de sus anteojos o ver mejor en la oscuridad. De hecho, demasiada vitamina A puede ser tóxica.
No hay evidencia de que la propaganda de zanahorias de Gran Bretaña haya engañado a los nazis, pero se quedó en la conciencia pública. Animados por carteles e informes de noticias que afirmaban que las zanahorias ayudarían con su «visión nocturna» durante los apagones en tiempo de guerra, muchos ciudadanos británicos comenzaron a servir porciones apiladas en sus mesas para cenar y a cultivarlas en sus «jardines de la victoria» en casa. El Ministerio de Alimentación incluso introdujo un personaje de dibujos animados llamado «Dr. Zanahoria» para hacerlos más apetecibles para los niños. Para cuando terminó la guerra, Gran Bretaña había producido un excedente de zanahorias, y la reputación de la verdura como un súper alimento que fortalece los ojos se había consolidado en la tradición popular.