Los estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) se refieren a un grupo de drogas cuyos miembros principales incluyen anfetamina y metanfetamina. Sin embargo, otras sustancias también entran en este grupo, como la metcatinona, la fenetilina, la efedrina, la pseudoefedrina, el metilfenidato y la MDMA o «éxtasis», un derivado de tipo anfetamínico con propiedades alucinógenas.
El uso de estimulantes de tipo anfetamínico es un fenómeno mundial y creciente, y en los últimos años se ha producido un pronunciado aumento de la producción y el uso de estimulantes de tipo anfetamínico en todo el mundo. En el último decenio, el uso indebido de estimulantes de tipo anfetamínico se ha infiltrado en la cultura general de algunos países. Las personas más jóvenes, en particular, parecen poseer un sesgado sentido de seguridad sobre las sustancias creyendo, de manera bastante errónea, que las sustancias son seguras y benignas. Mientras tanto, los estimulantes de tipo anfetamínico representan una grave amenaza para la estructura sanitaria, social y económica de las familias, las comunidades y las naciones.
En muchos países, el problema de los estimulantes de tipo anfetamínico es relativamente nuevo, crece rápidamente y es poco probable que desaparezca. La distribución geográfica es cada vez mayor, pero la conciencia al respecto es limitada y las respuestas no son ni integradas ni coherentes. Los datos recientes muestran una disminución del uso de estimulantes de tipo anfetamínico en las regiones de América y Europa, mientras que los niveles más altos de uso indebido en todo el mundo se han registrado en Asia oriental y Oceanía. Según un examen de los estimulantes de tipo anfetamínico realizado por el PNUFID en 1996, hay unos 20 países en los que el uso indebido de estimulantes de tipo anfetamínico está más extendido que el de la heroína y la cocaína combinadas. El Japón, Corea y Filipinas registran entre 5 y 7 veces la tasa de consumo de estimulantes de tipo anfetamínico en comparación con el consumo de heroína y cocaína.
Fumar, oler e inhalar son los métodos más populares de uso de estimulantes de tipo anfetamínico, pero las formas de tomar el medicamento varían ampliamente en la región. En países como Australia, donde más del 90% de los que declaran consumir estimulantes de tipo anfetamínico (principalmente metanfetamina) se inyectan, la droga representa un factor de riesgo importante en la transmisión de virus de transmisión sanguínea. Filipinas y Viet Nam también están comunicando indicios de que la inyección de metanfetamina está aumentando, mientras que en Tailandia el número de consumidores de metanfetamina representa ahora la mayoría de todos los nuevos casos de tratamiento de drogas. En la actualidad, hay muy pocos datos que indiquen qué proporción de usuarios actuales son dependientes. Los investigadores han señalado que es probable que la dependencia y el consumo crónico estén asociados con la psicosis de metanfetamina y las consecuencias adversas conexas, y que las altas tasas de consumo estén aumentando drásticamente los niveles de presentación de la psicosis de metanfetamina a los servicios de salud mental.
En resumen, la situación actual merece atención inmediata, con una importante epidemia de consumo de metanfetamina en Tailandia que parece extenderse a toda la región de Asia y el Pacífico. Los investigadores han subrayado la necesidad urgente de trazar un mapa de esta epidemia para evaluar la propagación y la escala de los problemas, las consecuencias y las respuestas.