Cuarta de la COVID-19

Los granos en la cara o el acné están asociado siempre a edades adolescentes y a la pubertad, pero lo cierto es que pueden aparecer a cualquier edad y, pese a que puedan parecer casi siempre igual, existen muchos tipos distintos.

Desde Mejor con salud realizan un detallado análisis para aprender a diferenciar los distintos tipos que existen en el rostro,, centrándose especialmente en el acné, definido por la RAE como «enfermedad de la piel caracterizada por una inflamación crónica de las glándulas sebáceas, especialmente en la cara y en la espalda».

El acné vulgar o común es aquella pequeña espinilla que aparece en el rostro de forma superficial y otras zonas del cuerpo como espalda, pecho y hombros. Otro habitual es el acné premenstrual también es de tamaño pequeño y se produce por los cambios hormonales en días previos a la menstruación.

Uno común en los hombres, adolescentes como adultos, es el acné queloideo, que suele aparecer en las zonas de afeitado provocado por una cuchilla en mal estado o por una reacción alérgica a la espuma, como causas principales.

Los bebés también tienen acné. Ocurre en primeras 72 horas de vida y está relacionado con las hormonas que la madre traslada al recién nacido por el cordón umbilical. Este va desapareciendo con el paso de los días.

También están los granos provocados por medicamentos. Es el acné latrogénico. Entre la lista de medicamentos que pueden provocar estos tipos de granos están los androgénicos, anabolizantes, anticonceptivos orales, corticosteroides, isoniacidas y yoduros. Como el resto, se manifiesta en forma de espinillas con punta purulenta y se suele solucionar con el cambio en la medicación.

Un tipo diferente al resto es el comedón, que suele manifestarse como una protuberancia rojiza sin punta. Aparece normalmente como una lesión provocada por el acné común y es un folículo piloso obstruido grasa o por células cutáneas muertas. El uso de ciertos productos de maquillaje (y una deficiente limpieza de estos) también puede provocarlos.

Los puntos negros son un tipo de comedón que aparecen por exceso de oleosidad o de células muertas que taponan el poro. Su color negro no tiene nada que ver con suciedad, como muchos creen, sino a la reacción de la grasa en contacto con el aire.

Por otro lado están los puntos blancos, que se dan cuando un comedón permanece cerrado. La glándula sebácea no puede drenar correctamente ya que grasa y células muertas impiden que el folículo se abra. Suelen solucionarse con tratamientos que ayudan a abrir los folículos.

Si un punto negro o blanco se inflama y adopta un color rosa o rojo, entonces hablamos de una pápula. Los dermatólogos aconsejan no manipularlos ya que suelen dar lugar a cicatrices si la situación empeora. Se habla de acné severo cuando el rostro presenta gran cantidad de pápulas. El acné severo no es fácil de tratar y hay que hacerlo con sumo cuidado para que no queden marcas en la cara de por vida.

Similar al punto blanco, pero con una aureola roja, es la pústula. Son granos inflamados con gran cantidad de pus. Tampoco es aconsejable reventarlos ya que pueden dejar marca.

En las mujeres, sobre todo, también se da lo que se conoce como acné rosácea. Suele aparecer a partir de los 30 años, es de color rosa o rojo y, en ocasiones, dejar ver vasos sanguíneos superficiales de la cara. Aparece principalmente en mejillas, barbilla y nariz. Si no se trata de forma correcta puede llegar a inflamar tejidos donde se encuentra. Es común, por ejemplo, la inflamación de la nariz por esta causa.

Un grano muy doloroso en el nódulo, que suele aparecer en capas más profundas de la piel. Se muestra como una protuberancia firma bajo la piel y debe ser tratado por un médico.

Uno de los más graves y que precisa también de tratamiento médico y quirúrgico es el quiste. Suelen ser como burbujas llenas de pus y se eliminan con cirugía menor y anestesia local.

Uno de los tipos de acné más graves que existen es el acné conglobota. Más común en los hombres, suele darse en el cutis, muslos, pecho, cuello y brazos. Su aparición suele estar relacionada con problemas del sistema inmunitario.

Existe aún un tipo de acné más grave que el anterior y es la foliculitis profunda o diseminada, provocado por una infección bacteriana como consecuencia de un mal tratamiento de pústulas o quistes. Suele solucionarse con antibióticos.

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