Muchas personas que entran en mi consultorio de terapia con depresión, ansiedad y problemas relacionados con el estrés tienen una cosa en común: Pasan mucho tiempo enfocándose en cosas que no pueden controlar.
Se preocupan por lo que otras personas piensan, o pierden el tiempo tratando de convencer a sus parejas para que cambien. Están ocupados, pero no se sienten efectivos, y eso es porque están poniendo su energía en los lugares equivocados. En lugar de controlar sus emociones, siempre intentan controlar el entorno y a las personas que lo habitan.
Aquí hay siete signos reveladores de que inviertes demasiado tiempo, energía mental y esfuerzo físico en cosas sobre las que no tienes control:
1. No eres un buen jugador de equipo.
Unirse a un equipo significa que tienes que renunciar a un poco de control. Después de todo, no puedes orquestar todo lo que sucede cuando solo eres responsable del 10 por ciento del resultado. Muchos fanáticos del control prefieren ser un lobo solitario, por lo que cuando deben ser parte de un equipo, rápidamente tratan de dictar el comportamiento de todos.
2. Crees que eres 100% responsable de tu éxito.
Los fanáticos del control creen que, con suficiente esfuerzo y habilidad, pueden lograr cualquier cosa. No creen en el momento ni en la suerte. A menudo dicen cosas como,» El fracaso no es una opción», y son demasiado críticos de sí mismos cuando las cosas no salen según lo planeado.
3. Inviertes mucho tiempo en tratar de convencer a otras personas para que cambien.
La mayoría de los fanáticos del control creen que saben lo que es mejor para todos, y tratan de convencer a otras personas para que hagan las cosas de manera diferente. Ya sea que den conferencias, se vuelvan agresivos o manipulen las cosas detrás de escena, el objetivo es hacer que otras personas actúen de cierta manera.
4. Tienes problemas para mantener relaciones significativas.
Nadie dice nunca, » ¿Sabes lo que me gusta de ella? Es una maniática del control.»Los fanáticos del control repelen a las personas con demandas y consejos no solicitados. En consecuencia, luchan por mantener relaciones personales y profesionales saludables.
5. Gastas mucha energía tratando de evitar que sucedan cosas malas.
En lugar de prepararse para la tormenta, los fanáticos del control intentan evitar que llegue la tormenta, incluso cuando no pueden. Pierden tiempo y energía esperando que no ocurran cosas malas porque dudan de su capacidad para lidiar con las dificultades.
6. No delegar.
Un fanático del control cree firmemente que si quieres que algo se haga bien, es mejor que lo hagas tú mismo. Se niegan a delegar tareas porque están convencidos de que, en última instancia, hacerlo requerirá más tiempo, ya que tendrán que corregir los errores que cometa otra persona. Si delegan, insisten en microgestionar cada paso del camino.
7. Te falta compasión por la gente que comete errores.
Dado que los fanáticos del control creen que el éxito proviene únicamente del talento y el esfuerzo, carecen de compasión por aquellos que luchan. Ven los errores como signos de pereza o estupidez, y piensan que todos deben tener éxito, independientemente de sus circunstancias.
Cómo Renunciar a un poco de Ese Control
Los fanáticos del control experimentan consecuencias que van desde la irritabilidad constante hasta la ira incontrolable. Además de causar estragos en su salud mental, ser un fanático del control también desperdicia tiempo y energía, los cuales son recursos finitos.
Para desarrollar fuerza mental, practica controlar tus emociones, en lugar de controlar todo lo que te rodea. Cree confianza en su capacidad para lidiar con la incomodidad y practique aceptando que no todo saldrá según lo planeado.
Con un esfuerzo concertado, puedes recuperar el control sobre ti mismo. Y eso puede ayudarlo a obtener la paz interior que ha estado tratando de lograr al tratar de controlar su entorno.
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