Una isquemia cerebral es un tipo de accidente cerebrovascular que se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro. Cuando esto ocurre debido a un bloqueo, puede causar la muerte del tejido cerebral, así como la pérdida de ciertas funciones cerebrales. Cuanto más tiempo persista el problema, más dañará la isquemia cerebral. La aterosclerosis es una de las causas más comunes de isquemia cerebral. Esto tiene el potencial de causar la formación de coágulos de sangre en el cerebro o de viajar al cerebro desde otra ubicación, como una arteria. Cuando el coágulo viaja al cerebro, comienza a causar daño de inmediato. Aquellos que tienen diabetes también corren el riesgo de desarrollar isquemia cerebral, o podrían ser el resultado de una embolia.
Este tipo de accidente cerebrovascular puede ocurrir en cualquier momento. El paciente podría estar en reposo o durmiendo, o realizando una actividad vigorosa. En algunos casos, la persona puede perder el conocimiento cuando tiene el derrame cerebral. Otras veces, pueden permanecer conscientes durante todo el episodio.
¿Cuáles son los síntomas?
Aquellos que están en la agonía de la isquemia cerebral sufrirán de una amplia gama de síntomas diferentes. Estos pueden variar ligeramente entre los pacientes, pero tienden a coincidir bien de paciente a paciente. Los síntomas más comunes incluyen pérdida de movimiento en cualquier área del cuerpo, a menudo en un solo lado del cuerpo. El paciente también puede sufrir debilidad, disminución de la sensibilidad o entumecimiento en partes del cuerpo, u hormigueo. El paciente también puede tener problemas para hablar con claridad y tragar, así como pérdida de memoria y pérdida de coordinación. El vértigo, la pérdida de conciencia y la incontinencia urinaria son otros síntomas potenciales que pueden experimentar las personas que sufren de isquemia cerebral.
Incluso cuando un paciente presenta estos síntomas, los médicos deben asegurarse de que no se trate de otra afección que pueda estar imitando la isquemia cerebral, como un cerebro hinchado. Utilizarán una serie de diferentes tipos de pruebas para realizar al paciente, incluidas tomografías computarizadas, resonancias magnéticas, electrocardiogramas, ecografías y más, para determinar la causa exacta y la gravedad del problema.
¿Qué Opciones De Tratamiento Están Disponibles?
Los médicos pueden recetar diferentes medicamentos que pueden ayudar a restaurar el flujo sanguíneo a las áreas del cerebro. Sin embargo, algunos de los medicamentos son controvertidos, ya que pueden causar un riesgo elevado de sangrado. En algunos casos, la cirugía puede ser un curso de acción adecuado para ayudar a eliminar los coágulos de sangre del cerebro.
Prevenir la isquemia cerebral
La prevención del accidente cerebrovascular incluye tratar de controlar los factores de riesgo que conducen a la afección en primer lugar. Algunos de los métodos de prevención más comunes incluyen tomar medidas activas para mejorar la salud general, como hacer dieta, hacer ejercicio y dejar de fumar y beber. Los pacientes que presentan dificultad para tragar pueden necesitar usar una sonda intravenosa o una sonda de alimentación en el estómago. En algunos casos, las dificultades para tragar serán temporales, pero también pueden ser permanentes.
El tratamiento a largo plazo generalmente es necesario para aquellos que también han sufrido isquemia cerebral. Incluyen fisioterapia, terapia del habla, terapia ocupacional y otras terapias que pueden ayudar a prevenir otras complicaciones potenciales resultantes de la isquemia cerebral. Algunas de las complicaciones que pueden surgir después de una isquemia cerebral incluyen fracturas óseas por caídas, pérdida permanente de movimiento, úlceras por presión desarrolladas debido a la falta de movimiento, desnutrición y disminución de la esperanza de vida.
Un accidente cerebrovascular, o isquemia cerebral, es una afección grave que puede cambiar la vida de una persona de forma permanente. Los pacientes deben buscar ayuda médica inmediata cuando temen un accidente cerebrovascular para ayudar a reducir el potencial de daño permanente.