Causas de quemaduras solares
Cuando la piel recibe demasiado sol a la vez, se quema.
La piel contiene un pigmento llamado melanina, que se almacena en células especiales llamadas melanocitos. Cuando la piel se expone a la radiación ultravioleta (UV) del sol, produce más melanina, oscureciendo la piel con el tiempo.
Este oscurecimiento puede variar desde lo que comúnmente llamamos ‘bronceado’ hasta quemaduras solares.
Los niños de piel clara son más sensibles a las quemaduras solares, porque su piel no tiene tanta melanina como los niños de piel oscura. Pero los niños de piel más oscura también pueden arder.
No tiene que sentarse al sol para exponerse a la radiación UV, y no tiene que ser un día caluroso de verano para que usted o su hijo se quemen con el sol. Todavía puede quemarse con el sol en días fríos o nublados, o cuando el sol se refleja en usted desde edificios, agua, arena o nieve.
Los síntomas de las quemaduras solares
Las quemaduras solares pueden variar desde enrojecimiento leve en la piel hasta ampollas, hinchazón y dolor intensos.
A medida que la quemadura de sol se cura, las ampollas revientan y la piel se seca y pica y comienza a pelarse. La mayoría de las reacciones a las quemaduras solares comienzan varias horas después de que la piel se expone a demasiado sol. Están en su peor momento alrededor de 24-48 horas después.
A largo plazo, las quemaduras solares causan un mayor riesgo de cáncer de piel, incluido el melanoma. También conduce al envejecimiento temprano y a las arrugas de la piel.
Cuándo consultar a su médico sobre quemaduras solares
Lleve a su hijo quemado al médico de cabecera si:
- su hijo tiene ampollas que se rompen o ampollas con líquido turbio en su interior
- su hijo tiene fiebre, temblores y escalofríos, o parece más cansado de lo habitual
- su hijo tiene náuseas y vómitos o dolor de cabeza
- no puede controlar el dolor de su hijo con el tratamiento que se explica a continuación
- hay mucha hinchazón en el área de la quemadura, o la quemadura parece infectada.
Tratamiento para las quemaduras solares
Las quemaduras solares graves se tratan como cualquier otra quemadura, y debe consultar a su médico de inmediato. También puede colocar el área quemada por el sol bajo agua corriente fría del grifo hasta que pueda obtener ayuda.
Los niños pequeños son vulnerables a la deshidratación, que también necesita atención médica inmediata.
Si su hijo solo tiene enrojecimiento y dolor leves, y la piel de su hijo se siente caliente, evite una mayor exposición a los rayos UV manteniéndolo en interiores.
Puede darle paracetamol o ibuprofeno a su hijo para reducir el dolor y la hinchazón. Asegúrese de seguir las instrucciones en el paquete.
Anime a su hijo a beber mucha agua para reemplazar la pérdida de líquidos causada por la quemadura.
Las duchas pueden empeorar el dolor, por lo que es mejor bañarse suavemente en agua fría o tibia. Es mejor evitar el uso de jabón en el área de la quemadura.
Muchas pomadas y cremas de venta libre que dicen calmar las quemaduras solares contienen anestesia local. No se recomienda usarlos en niños pequeños porque pueden causar irritación de la piel e incluso reacciones alérgicas.
Prevención de quemaduras solares
Para un desarrollo saludable, su hijo necesita una pequeña cantidad de exposición al sol. Esto puede ser tan solo unos minutos al día.
La piel de su hijo se quema mucho más fácilmente que la piel de un adulto, por lo que es importante tener cuidado al sol para prevenir las quemaduras solares. Si su hijo tiene menos de 12 meses de edad, manténgalo alejado del sol directo cuando el nivel de rayos UV sea de 3 o más. Si su hijo es mayor, necesita protección solar.
El mensaje «deslizarse, deslizarse, abofetear, buscar y deslizarse» puede ayudarle a usted y a su hijo a recordar cómo prevenir las quemaduras solares:
- Ropa sin cordones para proteger a su hijo del sol. Trate de cubrir la mayor cantidad de piel posible y elija telas bien tejidas. Considere la posibilidad de usar ropa protectora para el sol, como un chaleco para sarpullidos con una calificación de factor de protección ultravioleta (UPF) de más de 50, cuando su hijo esté nadando o haciendo otras actividades acuáticas.
- Aplicar protector solar. Debe ser de amplio espectro, resistente al agua, SPF 30+ o superior, y en fecha. Colóquele bastante a su hijo 20 minutos antes de que salga al sol y vuelva a aplicarlo cada dos horas o después de nadar. No se recomienda usar protector solar en bebés menores de seis meses de edad.
- Bofetada en un sombrero. Su hijo debe usar un sombrero que proteja su cara, cuello, orejas y cabeza. Un sombrero de ala ancha es mejor que una gorra.
- Busca sombra. Manténgase alejado de los rayos UV del sol manteniéndose a la sombra. Busque áreas de sombra oscura e intente evitar los rayos UV que podrían reflejarse en objetos cercanos, como ventanas. Puede cubrir los cochecitos con un paño de sombra o un dosel.
- Deslice las gafas de sol. Busque gafas de sol ajustadas y envolventes que cumplan con la norma australiana 1067: 2016.
El protector solar por sí solo no es suficiente. «Deslizarse, deslizarse, abofetear, buscar y deslizarse» le da a su hijo la mayor protección solar.
También es importante mantenerse alejado del sol cuando los niveles de radiación UV son más altos. Esto es entre las 9 am y las 4 pm, dependiendo de dónde se encuentre en Australia y la época del año. Puede comprobar los niveles de rayos UV de su área utilizando la aplicación SunSmart o la guía de protección solar y UV de la Oficina de Meteorología.