La Biblia nunca usa las palabras «fe infantil,» pero la fe es central para la vida Cristiana. De hecho, la fe es esencial para la vida como cristiano. La fe es a la vez necesaria y un don. Sin fe, es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6), y somos salvos por gracia, a través de la fe—y esa fe no viene de nosotros mismos, sino que nos es dada por Dios (Efesios 2:8-9). La fe no es algo que producimos dentro de nosotros mismos. Como una pieza esencial de armadura, estamos equipados con fe para que estemos protegidos de la guerra de Satanás contra nosotros (Efesios 6:16). La fe es una cualidad muy humilde, que es quizás la razón por la que se asocia con la semejanza a los niños. Los discípulos de Jesús estaban preocupados por cuál de ellos era el más grande, o el más cercano a Él, o el más importante. Pero Jesús respondió a su debate tomando a un niño pequeño a Su lado y diciendo que el más pequeño de ellos era el más grande (Lucas 9:46-48). Les dijo que debían «ser como niños» (Mateo 18:3) para entrar en el reino de Dios. Jesús estaba señalando la verdad de que un niño depende completamente de los adultos para su seguridad, sustento y conocimiento. De manera similar, la persona fiel depende de Dios de una manera que es absolutamente dependiente. La fe que Dios busca es humilde, enseñable y confiada, como un niño. De esta manera, el cristiano debe tener una fe infantil. Jesús enfatizó este tipo de fe cuando dijo: «Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque a los tales pertenece el reino de Dios. De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él » (Marcos 10, 14-15). La fe infantil busca la salvación fuera de sí misma. La salvación es un don; el hombre no paga ni contribuye a su salvación—es enteramente de Dios (Efesios 2:8-9; Romanos 8:1; Romanos 5:1). Así como un niño tiene que usar el dinero de su padre para pagar un regalo de Navidad que planea darle a su padre, dependemos de la provisión de Dios para todo, incluso las buenas obras que hacemos en Su nombre (Efesios 2:10). El mundo a veces malinterpreta la idea de la fe infantil, pensando que los cristianos son infantiles porque creen en mitos y cuentos de hadas. Pero este no es el significado de la Biblia cuando nos compara con los niños. En cambio, la fe infantil es una metáfora de confianza, dependencia y amor, y un estímulo para pedir lo que necesitamos (Mateo 7:11).
la Verdad acerca de la Vida Cristiana