La colonoscopia es un procedimiento que puede salvar vidas y el estándar de oro para la detección y prevención del cáncer de colon, pero solo tiene éxito si el intestino se limpia completamente de antemano. Este es un proceso complicado, y para muchos pacientes representa una de las mayores barreras para someterse a una colonoscopia. En realidad, la mayoría de las personas toleran el proceso de «preparación» de la colonoscopia sin ninguna dificultad. Pero algunos no. Tradicionalmente, los gastroenterólogos recomiendan una dieta líquida transparente (sin alimentos sólidos) durante todo el día antes del procedimiento y hasta 36 horas, según el momento de la prueba. Esto es seguido por una preparación intestinal dividida, que implica beber 2 dosis separadas de un laxante líquido. Por lo general, no sabe muy bien y puede causar problemas (náuseas, vómitos, calambres) después de ayunar todo el día.
Pero, ¿y si dejamos que los pacientes coman el día antes de una colonoscopia? ¿Es una dieta líquida transparente realmente un mal necesario?
Bueno, la evidencia emergente sugeriría que NO, no es necesario. De hecho, múltiples estudios aleatorizados y controlados han demostrado que permitir que los pacientes coman el día anterior a una colonoscopia mejora la tolerancia a la prep, aumenta la satisfacción del paciente y mejora la disposición a repetir la prueba en el futuro. Lo que es más importante, la calidad de la limpieza intestinal en estos estudios fue idéntica, independientemente de que los pacientes comieran o no. Un estudio más reciente, presentado en la Semana de Enfermedades Digestivas (la mayor reunión de la sociedad de GI) en mayo, sugirió que comer el día antes de una colonoscopia en realidad puede mejorar la calidad de la limpieza intestinal. Esto es algo salvaje. Pero también tiene sentido. Si está hambriento, mareado y fatigado, será más difícil beber una preparación para el intestino salada y amarga. Y los resultados sufrirán.
Entonces, ¿qué significa esto?
Como práctica, vamos a seguir la medicina basada en la evidencia y sacudir las cosas. Para la mayoría de nuestros pacientes, ahora permitiremos un desayuno ligero y un pequeño refrigerio el día antes de una colonoscopia. Es importante destacar que estas comidas deben ser «de bajo residuo», sin nueces, semillas o verduras, que son más difíciles de lavar más tarde. En general, anticipamos que esto mejorará el proceso de colonoscopia y minimizará una de las principales barreras para la prueba, sin comprometer la calidad del examen. Creemos que este es un paso en la dirección correcta.
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