Para empezar, los perros son animales de manada que descienden de lobos que yacen con sus miembros de la manada por seguridad y calidez. Aunque no es exactamente necesario para la supervivencia de un perro domesticado, el rasgo evolutivo de autopreservación aún persiste en nuestros compañeros caninos. Al igual que los lobos, los perros nacen en camadas y, por lo tanto, ese comportamiento se refuerza aún más desde una edad temprana. Desde los primeros días de su vida, los cachorros duermen en pilas de perros que les proporcionan toda la comodidad y seguridad que necesitan para crecer sanos y fuertes. Es posible que los perros domésticos no tengan seis u ocho hermanos mascotas contra los que acurrucarse a medida que crecen, pero aún tienen a sus miembros de la manada de dos patas contra los que acurrucarse. Dado que los perros consideran a sus dueños como parte de su familia y su mochila, quieren tumbarse encima de ellos para mostrarles eso y brindarles comodidad y seguridad, así como recibirlo en el proceso. Estar cerca de su dueño también es su forma de proteger lo que aman, incluso si no hay una amenaza o peligro real. Esto nos lleva a la segunda razón, que es el afecto. Los perros se acostarán al lado o encima de las personas con las que se sientan conectados o con las que tengan un vínculo cercano. Permitir que tu perro se acueste a tu lado o en tu regazo fortalece el vínculo que compartes y se considera un signo de afecto.
Para casi todos los perros, tener a una persona que aman a su lado es simplemente una experiencia agradable que puede calmarlos, hacerlos sentir seguros y mantenerlos felices. En la mayoría de los casos, el propietario se siente de la misma manera y también disfruta de la experiencia de vinculación. En resumen, en muchos casos, nuestros amigos peludos yacían encima de nosotros para la compañía y los abrazos. Todos los perros, independientemente de su raza, muestran su afecto de una forma u otra. Sin embargo, hay ciertas razas que se dice que son más cariñosas que el perro promedio y lo muestran queriendo estar en su espacio tanto como sea posible. Los grandes daneses y Labradores Retriever son grandes ejemplos de perros familiares súper amigables que no aman nada más que tumbarse sobre sus dueños, a pesar de su gran tamaño.