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Discusión

En este informe, describimos un caso de tofo gotoso en un paciente que presentaba masas agrandadas indoloras, de lenta progresión en los dedos, que se sospechaba que eran un tumor de células gigantes en la vaina del tendón o fibroma.

Los ataques de gota involucran principalmente una sola articulación de las extremidades inferiores, especialmente la primera articulación metatarsofalángica. Dado que la gota tofácea crónica ocurre varios años después de los ataques de gota, es fácil de diagnosticar mediante la historia clínica o el uso de medicamentos uricosúricos. Sin embargo, se ha reportado que algunos tofos se desarrollan como una manifestación inicial de gota . Los tofos suelen aparecer en las extremidades inferiores, pero se desarrollan en las extremidades superiores en las mujeres . En nuestro caso, la queja principal de la paciente fue la masa en su dedo. No tenía episodios de ataque de gota ni antecedentes de tratamiento previo.

Las radiografías o imágenes de resonancia magnética del tofo gotoso parecían tener varios hallazgos similares a los de una neoplasia. Dado que un tofo gotoso imita una neoplasia, el diagnóstico de tofo gotoso fue difícil . Además, se sabe que el tofo gotoso ocurre en regiones con estrés mecánico continuo, ya que la inflamación crónica juega un papel en enfermedades como la artritis. El historial a largo plazo de manejo de ostras de nuestro paciente puede ser relevante porque los dedos medio y anular entran en contacto físico entre sí durante el manejo de ostras.

El tratamiento quirúrgico para el tofo se ha vuelto impopular. El tratamiento quirúrgico de la gota es un remedio antiguo; antes de la aparición de un tratamiento médico efectivo, la cirugía se realizaba con frecuencia. Se recomendó con mayor frecuencia por razones cosméticas o para eliminar grandes depósitos de urato de sodio. La gota tofácea es el resultado de una hiperuricemia prolongada, y los medicamentos para reducir los niveles de ácido úrico generalmente son efectivos. Por lo tanto, el tofo gotoso generalmente se trata de manera conservadora con medicamentos. Existe la posibilidad de su desaparición, específicamente la reducción del tofo, al mantener el nivel de ácido úrico sérico en <6,0 mg/dL, lo que se considera también para prevenir la recurrencia. Las indicaciones para intervenciones quirúrgicas son deterioro de la función de tendones y articulaciones, ulceración o necrosis de la piel sobre el tofos, infecciones locales o septicemia causadas por tofos, compresión de nervios, presencia o ausencia de diagnóstico de malignidad y razones estéticas. Aunque faltan ensayos controlados que comparen terapias médicas y quirúrgicas, la cirugía puede potencialmente restaurar la función más rápido que la terapia médica y prevenir complicaciones en algunas personas con tofos persistentes. La preferencia de tratamiento debe basarse en el estado del paciente .

En nuestro caso, fue difícil diagnosticar el tofo gotoso antes de la resección quirúrgica, y tuvimos que excluir enfermedades malignas. Se realizó una biopsia y posteriormente se cubrió el defecto de la piel con un colgajo de arteria digital. El resultado postoperatorio fue sin incidentes, y la capacidad del paciente para realizar actividades de la vida diaria fue similar a la del preoperatorio. Algunos artículos han reportado una operación quirúrgica de un tofo gotoso, y el presente caso puede usarse para referencia futura.

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