Los modos tradicionales de reproducción incluyen la oviparidad, tomada como la condición ancestral, tradicionalmente donde se desovan ovocitos no fecundados o óvulos fertilizados, y la viviparidad tradicionalmente incluyendo cualquier mecanismo donde nacen vivos los jóvenes, o donde el desarrollo de los jóvenes es apoyado por cualquiera de los padres en o sobre cualquier parte de su cuerpo.
Sin embargo, el biólogo Thierry Lodé dividió recientemente la categoría tradicional de reproducción ovípara en dos modos que denominó ovuliparidad y oviparidad (verdadera) respectivamente. Distinguió las dos sobre la base de la relación entre el cigoto (óvulo fertilizado) y los padres :
- La ovuliparidad, en la que la fertilización es externa, se toma como la condición ancestral por regla general; los huevos que la hembra libera al medio contienen ovocitos no fertilizados, y el macho los fertiliza fuera de su cuerpo. En cualquier forma en que se pongan, los huevos de la mayoría de las especies ovulíparas contienen una cantidad sustancial de yema para apoyar el crecimiento y la actividad del embrión después de la fertilización, y a veces también durante algún tiempo después de la eclosión. Entre los vertebrados, la ovuliparidad es común entre los peces y la mayoría de los anfibios. Se encuentra entre Cnidaria, Ctenophora, Echinodermata, Molusca y varios otros filos también.
- oviparidad(Verdadera), en la que la fertilización es interna. Se considera que esta es la condición derivada, ya sea que el macho inserte el esperma en la hembra de forma introvertida o si lo recoge activa o pasivamente: la hembra pone huevos que contienen cigotos con una cantidad sustancial de yema para alimentar al embrión mientras permanece en el huevo, y en muchas especies para alimentarlo durante algún tiempo después. El óvulo no se retiene en el cuerpo durante la mayor parte del período de desarrollo del embrión dentro del óvulo, que es la principal distinción entre oviparidad y ovoviviparidad. La oviparidad ocurre en todas las aves, la mayoría de los reptiles, algunos peces y la mayoría de los artrópodos. Entre los mamíferos, los monotremas (cuatro especies de equidna y ornitorrinco) son ovíparos.
En todos los casos, excepto en casos especiales, tanto de ovuliparidad como de oviparidad, la abrumadora fuente de alimento para el embrión es el material de yema depositado en el huevo por el sistema reproductor de la madre (la vitelogénesis); se dice que la descendencia que depende de la yema de esta manera es lecitotrófica, que literalmente significa «alimentarse de yema» (opuesto a matrotrófica).
Distinguir entre las definiciones de oviparidad y ovuliparidad reduce necesariamente el número de especies cuyos modos de reproducción se clasifican como ovíparas, ya que ya no incluyen las especies ovulíparas, como la mayoría de los peces, la mayoría de las ranas y muchos invertebrados. Tales clasificaciones son en gran medida por conveniencia y, como tales, pueden ser importantes en la práctica, pero hablando vagamente en contextos en los que la distinción no es relevante, es común agrupar ambas categorías como «ovíparas».