Metis fue el que le dio a Zeus una poción para hacer que Cronus vomitara a los hermanos de Zeus.
Metis era a la vez una amenaza para Zeus y una ayuda indispensable:
Zeus se acostó con Metis, pero inmediatamente temió las consecuencias. Se había profetizado que Metis tendría hijos extremadamente poderosos: el primero, Atenea y el segundo, un hijo más poderoso que el propio Zeus, que finalmente derrocaría a Zeus.
Con el fin de evitar estas terribles consecuencias, Zeus la engañó para que se convirtiera en una mosca y se la tragó de inmediato. Era demasiado tarde: Metis ya había concebido un niño. Con el tiempo comenzó a hacer un casco y una bata para su hija fetal. El martilleo mientras hacía el casco causó un gran dolor a Zeus, y Hefesto clavó la cabeza de Zeus con un hacha o la golpeó con un martillo en el río Tritón, dando lugar al nacimiento de Atenea. Atenea saltó de la cabeza de Zeus, completamente adulta, armada y blindada. Zeus no fue peor para esta experiencia.
Las similitudes entre Zeus tragando Metis y Crono tragando a sus hijos han sido notadas por varios eruditos. Esto también causó cierta controversia con respecto a los mitos de la reproducción.
El relato de Hesíodo es seguido por Ausilao y la tradición órfica, que entronizó a Metis lado a lado con Eros como fuerzas cosmogénicas primarias. Platón hace a Poros, o «ingenio creativo», el hijo de Metis.