La universidad pública gratuita puede no funcionar
Eliminar la matrícula en las escuelas estatales los desangraría, escribe Noah Smith en Bloomberg. El problema, argumenta, es que la mayoría de las universidades públicas reciben gran parte de sus fondos de los gobiernos estatales, y muchos gobiernos estatales no quieren aumentar sus presupuestos de educación, de hecho, quieren recortarlos. El Sr. Smith escribe:
Si ni siquiera el gobierno de Vermont quiere pagar el dinero, ¿quién lo hará? Los de la izquierda socialista parecen creer que el gobierno federal intervendrá, pero esto parece demasiado optimista dadas las décadas de recortes en todos los rubros de gasto importantes, excepto el cuidado de la salud. Tan pronto como una administración republicana o el Congreso llegue al poder, el gasto federal en educación estaría amenazado.
El resultado, dice el Sr. Smith, sería una era de austeridad dolorosa tanto para los estudiantes como para el personal.
El énfasis en la universidad está fuera de lugar
La universidad, gratuita o de otro tipo, debería estar por debajo de la lista de prioridades políticas nacionales, escribe Matt Bruenig, fundador de People’s Policy Project. Defender el valor de la educación por el bien de la educación es una cosa. Pero el Sr. Bruenig ve el tema como un problema en gran medida económico, para el cual la universidad pública gratuita es una solución inadecuada: Tanto sus partidarios como sus oponentes parecen aceptar la premisa de que una educación superior tradicional es la única vía para un número limitado de empleos de clase media. Pero la mayoría de los estadounidenses no van a la universidad, dice, y «empujar a más y más personas a la universidad no transformará automáticamente todos los trabajos en buenos.»
Más bien, el Sr. Bruenig escribe:
Como sociedad, deberíamos designar a las edades de 18 a 24 años como la zona de apego durante la cual todos los caminos hacia una carrera están totalmente respaldados por beneficios y servicios públicos. Los estudiantes tienen su escuela gratis. Pero, bajo el mismo paraguas, los no estudiantes obtienen su capacitación vocacional gratuita, aprendizajes subsidiados, subsidios en el trabajo, empleos públicos y cualquier otra cosa que se necesite para garantizar un apego duradero a la fuerza de trabajo. Ese sería un programa que en realidad encaja con los ideales del universalismo.
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