Kabbala

Kabbala, (en hebreo: «Tradición») también deletreada Kabala, Kabbalah, Cabala, Cabbala, o Cabbalah, misticismo judío esotérico tal como apareció en los siglos XII y siguientes. La cábala siempre ha sido esencialmente una tradición oral en la que la iniciación en sus doctrinas y prácticas es conducida por un guía personal para evitar los peligros inherentes a las experiencias místicas. La Cábala esotérica también es «tradición» en la medida en que reclama el conocimiento secreto de la Torá no escrita (revelación divina) que fue comunicada por Dios a Moisés y Adán. Aunque la observancia de la Ley de Moisés siguió siendo el principio básico del judaísmo, la Cábala proporcionó un medio para acercarse a Dios directamente. Por lo tanto, le dio al judaísmo una dimensión religiosa cuyos enfoques místicos de Dios eran vistos por algunos como peligrosamente panteístas y heréticos.

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Las primeras raíces de la Cábala se remontan al misticismo Merkava. Comenzó a florecer en Palestina en el siglo I d. c. y tuvo como principal preocupación la contemplación extática y mística del trono divino, o «carro» (merkava), visto en una visión por Ezequiel, el profeta (Ezequiel 1). El texto judío más antiguo conocido sobre magia y cosmología, Sefer Yetzira («Libro de la Creación»), apareció en algún momento entre los siglos III y VI. Explicó la creación como un proceso que involucra los 10 números divinos (sefirot; véase sefira) de Dios el Creador y las 22 letras del alfabeto hebreo. Tomados en conjunto, se dice que constituyen los » 32 caminos de la sabiduría secreta.»

Un texto importante de principios de la Cábala fue el Sefer ha-bahir («Libro del Brillo») del siglo XII, cuya influencia en el desarrollo del misticismo esotérico judío y en el judaísmo en general fue profunda y duradera. El Bahir no solo interpretó el sefirot como instrumental en la creación y el sostenimiento del universo, sino que también introdujo en el judaísmo nociones como la transmigración de almas (gilgul) y fortaleció los fundamentos de la Cábala al proporcionarle un extenso simbolismo místico.

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