Id, en teoría psicoanalítica freudiana, una de las tres agencias de la personalidad humana, junto con el ego y el superego. El más antiguo de estos reinos psíquicos en desarrollo, contiene el contenido psíquico relacionado con los instintos primitivos del cuerpo, notablemente el sexo y la agresión, así como todo el material psíquico que se hereda y está presente al nacer. El id (que en latín significa «eso») es ajeno al mundo exterior e inconsciente del paso del tiempo. Carente de organización, sin conocer la lógica ni la razón, tiene la capacidad de albergar impulsos agudamente conflictivos o mutuamente contradictorios uno al lado del otro. Funciona completamente de acuerdo con el principio placer-dolor, sus impulsos buscan la realización inmediata o se conforman con una realización de compromiso. El DNI suministra la energía para el desarrollo y el funcionamiento continuo de la vida mental consciente, aunque los procesos de trabajo del dni en sí son completamente inconscientes en el adulto (menos inconscientes en el niño). En la vida de vigilia, desmiente su contenido en resbalones de la lengua, ingenio, arte y otros modos de expresión, al menos en parte no raciales. Los métodos principales para desenmascarar su contenido, según Freud, son el análisis de los sueños y la libre asociación.
Muchos psicoanalistas consideran que la concepción de un id es demasiado simple, aunque sigue siendo útil para llamar la atención sobre las motivaciones inconscientes y los impulsos irracionales dentro incluso del ser humano más normal.