Génesis capítulo 3 de la Biblia relata la historia de Adán, el primer hombre que Dios creó, y la mujer que Dios formó de una de las costillas de Adán. Vivieron piadosamente en el Jardín del Edén hasta que la serpiente, más astuta que los otros animales, llevó a la mujer a la tentación. La serpiente dijo: «¿En verdad dijo Dios: ‘No comerás de ningún árbol del jardín?'» La mujer respondió, «Podemos comer del fruto de los árboles del jardín, pero Dios dijo, ‘no debes comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, ni que lo toque, para que no muráis.»La serpiente respondió:» Ciertamente no morirás. Porque sabe Dios que cuando comáis de él, se abrirán vuestros ojos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal.»Como la mujer buscaba sabiduría, comió del fruto del árbol, y también dio de comer a Adán. «Entonces se abrieron los ojos de ambos, y supieron que estaban desnudos.»Cuando Dios entró en el huerto, se escondieron de él. Se dio cuenta de que habían comido el fruto del árbol del conocimiento, y los volvió del Paraíso. «A Adán, él dijo, ‘Porque usted ha escuchado la voz de tu mujer y haber comido del árbol del cual te mandé, ‘no comerás de ella», maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; espinos y cardos que produzca; y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelve a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.»Después de la caída, Adán nombró a su esposa Eva (que significa ‘vida’ en hebreo), como la madre de todos los vivos, la progenitora de todos los seres humanos.