Sexo anal
El sexo anal puede ser doloroso para hombres y mujeres la primera vez, y puede haber un poco de sangrado.
Hay cosas que puedes hacer para aliviar cualquier dolor, como penetración lenta y usar mucha lubricación a base de agua. Algunas personas encuentran que insertar los dedos en el ano antes de la penetración puede ayudar.
Dolor durante las relaciones sexuales
El dolor durante las relaciones sexuales es bastante común y afecta a hombres y mujeres. Puede ser causada por una variedad de cosas, como una enfermedad o infección, o un problema físico o psicológico.
el Sexo puede ser incómodo si no estás relajado y excitado. Haz tiempo para los juegos previos y trata de no pensar en el sexo con penetración como el objetivo principal. La penetración será dolorosa si la vagina no está lubricada. También puede intentar usar lubricación.
Si usas condones de poliuretano que no están hechos de látex, cualquier tipo de lubricante está bien. Pero no uses lubricantes a base de aceite, como loción, aceite corporal o vaselina (vaselina), con condones de látex o poliisopreno, porque pueden dañar el condón y aumentar la probabilidad de que se rompa.
Si todavía te resulta difícil tener relaciones sexuales, puede haber una razón emocional o la ansiedad podría estar causando problemas. Puede ser útil hablar con un consejero o terapeuta sexual sobre cualquier preocupación que tenga. Pregúntele a un médico de cabecera o profesional de la salud en una clínica de salud sexual o medicina genitourinaria (GUM) sobre una remisión.
Las infecciones comunes, como la candidiasis y la cistitis, también pueden causar dolor durante las relaciones sexuales. Se pueden tratar fácilmente con remedios de venta libre.
Consulte a un médico de cabecera o visite una clínica de ENCÍAS si no está seguro de cuál es la causa del problema. Sentir dolor o picazón a veces puede ser un signo de una infección de transmisión sexual (ITS).
Encuentre su clínica de salud sexual local.
El dolor en el interior de la pelvis (dolor que se siente debajo del ombligo) puede ser un signo de una afección más grave, como la endometriosis, por lo que es importante consultar a un médico de cabecera para que lo examine.