Todo se veía bien
Dos semanas después, Jennifer, con su hija mayor a cuestas, regresó para un seguimiento con el neumólogo. En la cita, el médico informó que había recibido todo, excepto el informe patológico. Parecía que todo estaba bien, y el doctor envió a Jennifer de camino.
No quince minutos después de irse, recibió una llamada para regresar a la oficina, los informes de patología acababan de llegar.
«yo sabía que algo estaba mal. Volví a la oficina y el médico le pidió a su enfermera que por favor llevara a mi hija a otra habitación para que pudiera hablar conmigo a solas.»
Cáncer de pulmón Dolor de espalda: Sabía que algo andaba mal
Jennifer, de solo 32 años de edad, madre de tres hijos, la menor de apenas unos meses de edad, sin otros síntomas que ese dolor de espalda» molesto», sin antecedentes de fumar o estar cerca del humo ajeno, tenía cáncer de pulmón.
Días después, se reunía con su oncólogo y se enteraba de que su cáncer estaba en el estadio 4. Inmediatamente realizaron pruebas de biomarcadores de cáncer de pulmón, que dieron positivo para la mutación ALK. Jennifer está actualmente en una terapia dirigida oral, que, después de algunos síntomas desagradables iniciales, está tolerando bien y viviendo su vida «con bastante normalidad.»
«toda Mi vida he luchado con ansiedad. Estaba tan preocupada por el pasado y el futuro que no podía vivir en el presente. Una vez que el shock inicial desapareció, noté que mi ansiedad había disminuido significativamente. Y no solo estoy viviendo en el presente, sino que mi vida es ahora más satisfactoria que nunca.»
El impacto real de la financiación de la investigación del cáncer de pulmón
Gracias a la investigación, pacientes como Jennifer pueden vivir vidas largas y felices, a pesar de un diagnóstico de cáncer de pulmón. Independientemente de las opciones de tratamiento disponibles, un diagnóstico de cáncer de pulmón siempre es devastador tanto para el paciente como para sus familias. En LCFA, nuestro objetivo es continuar recaudando fondos para la investigación para que, en nuestras vidas, el cáncer de pulmón pueda convertirse en una enfermedad crónica, no mortal.