Diócesis, en algunas iglesias cristianas, un área territorial administrada por un obispo. La palabra originalmente se refería a un área gubernamental en el Imperio Romano, gobernada por un vicario imperial. La diócesis secular se subdividía en provincias, cada una con su propio gobernador; pero, en la adaptación eclesiástica del sistema, la provincia se convirtió en la unidad territorial más grande, administrada por un obispo metropolitano y subdividida en diócesis.

La unidad original de la administración eclesiástica era la parroquia, que en la iglesia ortodoxa oriental sigue siendo la designación del área administrada por el obispo, mientras que la diócesis es el área más grande administrada por el patriarca. El uso de estos términos todavía era fluido en Occidente en el siglo IX; pero, en el siglo XIII, diócesis significaba el territorio administrado por un obispo.

En la iglesia católica romana solo el Papa puede dividir o fusionar diócesis o crear otras nuevas. Todas las diócesis están divididas en parroquias, cada una con su propia iglesia; las diócesis también se dividen a veces en decanatos rurales, que contienen varias parroquias.

En la Iglesia de Inglaterra, durante los siglos XVI, XIX y XX, se crearon nuevas diócesis por estatuto dividiendo las existentes. Cada diócesis se subdivide en parroquias, que se agrupan en decanatos rurales y archidiáconos.

Las otras iglesias protestantes han abandonado el término en favor de términos como distrito, conferencia o incluso sínodo.