Ciclos de población
Debido a que muchos factores influyen en el tamaño de la población, las variaciones erráticas en el número son más comunes que los ciclos regulares de fluctuación. Algunas poblaciones experimentan aumentos impredecibles y dramáticos en números, a veces aumentando temporalmente en 10 o 100 veces en unos pocos años, solo para seguir con un desplome similar rápido. Por ejemplo, las langostas en las partes áridas de África se multiplican a tal nivel que su número puede ennegrecer el cielo por encima; oleadas similares ocurrieron en América del Norte antes del siglo XX. Las poblaciones de algunos insectos del bosque, como las polillas gitanas (Lymantria dispar) que se introdujeron en América del Norte, aumentan extremadamente rápido. Al igual que en el caso de las especies que fluctúan con mayor regularidad, las causas de estos aumentos repentinos de la población no se conocen del todo y es poco probable que tengan una sola explicación que se aplique a todas las especies.
El tamaño de otras poblaciones varía dentro de límites más estrictos. Algunos fluctúan cerca de su capacidad de carga; otros fluctúan por debajo de este nivel, controlados por diversos factores ecológicos, incluidos depredadores y parásitos. La tremenda expansión de muchas poblaciones de malezas y plagas que se han liberado en nuevos entornos en los que sus enemigos están ausentes sugiere que los depredadores, los pastadores y los parásitos contribuyen a mantener el pequeño tamaño de muchas poblaciones.
Para controlar la proliferación explosiva de estas especies, se han instituido programas de control biológico. Con diversos grados de éxito, se han introducido en el medio ambiente parásitos o patógenos hostiles a las especies extrañas. El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) se introdujo en Australia en la década de 1800, y su población creció sin control, causando estragos en tierras agrícolas y de pastoreo. Posteriormente, el virus mixoma se liberó entre las poblaciones de conejos y las redujo en gran medida. Las poblaciones de nopal (Opuntia) en Australia y África crecieron sin límites hasta que se introdujo el barrenador de polillas (Cactoblastis cactorum). Sin embargo, muchos otros intentos similares de control biológico han fracasado, lo que ilustra la dificultad de identificar los factores involucrados en la regulación de la población.