Christa Corrigan McAuliffe, de soltera Sharon Christa Corrigan, (nacida Sept. 2, 1948, Boston, Mass. ESTADOUNIDENSE murió Jan. 28, 1986, en vuelo, frente a Cabo Cañaveral, Florida.), profesor estadounidense que fue elegido para ser el primer ciudadano privado en el espacio. La muerte de McAuliffe y sus compañeros de tripulación en el desastre del transbordador espacial Challenger de 1986 fue profundamente sentida por la nación y tuvo un fuerte efecto en el programa espacial de los Estados Unidos.Christa Corrigan obtuvo su B. A. de Framingham (Massachusetts) State College en 1970 y el mismo año se casó con Steve McAuliffe. Recibió su maestría en educación de Bowie (Maryland) State College (ahora Universidad) en 1978. En 1970 comenzó una carrera docente que impresionó tanto a sus colegas como a sus estudiantes con su energía y dedicación.
Cuando en 1984 se procesaron unas 10.000 solicitudes para determinar quién sería el primer no científico en el espacio, se seleccionó a McAuliffe. En su solicitud, propuso llevar un diario de tres partes de sus experiencias: la primera parte describe el entrenamiento por el que pasaría, la segunda narra los detalles del vuelo real, y la tercera relata sus sentimientos y experiencias en la Tierra. También planeaba mantener un registro de video de sus actividades. McAuliffe debía conducir al menos dos lecciones a bordo del transbordador espacial para transmitirlas simultáneamente a estudiantes de todo el mundo, y debía pasar los nueve meses siguientes a su regreso a casa dando conferencias a estudiantes de todo Estados Unidos.
Los problemas persiguieron a la desafortunada misión Challenger desde el principio: el lanzamiento había sido pospuesto por varios días, y la noche antes del lanzamiento, Florida central fue golpeada por un frente frío severo que dejó hielo en la plataforma de lanzamiento. El transbordador finalmente fue lanzado a las 11: 38 am del 28 de enero de 1986. Solo 73 segundos después del despegue, la nave explotó, enviando escombros en cascada al Océano Atlántico durante más de una hora después. No hubo sobrevivientes. La cobertura televisiva en vivo del espectacular y trágico evento, junto con la presencia ganadora, dinámica y (no menos importante) civil de McAuliffe a bordo, detuvo las misiones del transbordador durante dos años y medio, dañó gravemente la reputación de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio y erosionó el apoyo público al programa espacial.