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Tranquilidad mental y Corporal
Lo último que María Torres esperaba era que le diagnosticaran diabetes tipo 2. Hacía ejercicio, comía bien y mantenía su peso bajo control. Tuvo que haber algún error. María le pidió a su médico que repitiera las pruebas, pero los resultados fueron los mismos. A los 43 años, por razones que nadie podía explicar completamente, tenía diabetes y su vida iba a cambiar drásticamente.
«Realmente me asustó», dice María. «Pensé que iba a morir pronto.»Que María dudara de su diagnóstico no es una sorpresa. La diabetes tipo 2 a menudo se asocia con la obesidad, y no se ajustaba al perfil. Lo más probable es que algún componente genético desconocido la haya hecho susceptible a la enfermedad.A pesar de todo, ahora tuvo que rehacer su vida para controlar la diabetes. Sus células habían desarrollado una condición llamada resistencia a la insulina. Aunque su páncreas producía insulina, que indica a las células que ingieran azúcar en la sangre, las células no cooperaban. Como resultado, la glucosa se acumulaba en su sangre, lo que la ponía en riesgo de enfermedades cardíacas, daños en los nervios, problemas oculares y una serie de otros problemas.Para ayudar a sus células a absorber glucosa, necesita inyecciones regulares de insulina. María inyecta la hormona cinco veces al día y a menudo debe medir sus niveles de azúcar en sangre con mayor frecuencia.Seguir fielmente este régimen la ha mantenido viva durante 20 años, pero la insulina no es una cura. Incluso con las inyecciones regulares, se enfrenta a cambios de humor dramáticos y complicaciones más graves a medida que los niveles de glucosa aumentan y disminuyen.
Trabajando para una cura
Una de las estrategias más prometedoras para curar la diabetes es trasplantar células beta, que detectan los niveles de azúcar en la sangre y producen insulina para reducirlos. Los pacientes con diabetes tipo 1 se beneficiarían porque las nuevas células beta reemplazarían a las que habían perdido a causa de la enfermedad. Los pacientes de tipo 2, como María, podrían aumentar la capacidad de su cuerpo para producir insulina, reducir los niveles de azúcar en la sangre y aliviar la necesidad de inyecciones.Con más de 7 72 millones en fondos de CIRM, una compañía con sede en San Diego llamada ViaCyte está trabajando en esta solución. Han pasado años desarrollando nuevos métodos para convertir las células madre embrionarias humanas en células beta productoras de insulina. No ha sido fácil. Las células madre son prometedoras porque pueden formar cualquier tejido. Sin embargo, para crear un tipo específico de célula, los investigadores deben replicar las señales exactas que transforman una célula madre en una célula beta, en lugar de una neurona o una célula muscular.En 2008, la compañía tuvo éxito, pero con un giro inteligente. Crearon células progenitoras, un paso por debajo de las células beta maduras, y les permitieron terminar de desarrollarse en el cuerpo. En estudios con animales, las células progenitoras más resistentes sobrevivieron al proceso de trasplante y, una vez maduras, comenzaron a producir insulina. El proyecto tiene otra innovación bajo la manga: estas células progenitoras se colocan primero en una cápsula porosa, del tamaño de una tarjeta de crédito, antes del trasplante debajo de la piel. Este dispositivo permite la transferencia de azúcar en la sangre, insulina, oxígeno y otras moléculas, pero mantiene a las células fuera, evitando así el posible ataque y rechazo por parte del propio sistema inmunitario del paciente.ViaCyte está llevando a cabo un ensayo clínico aprobado por la FDA para la diabetes tipo 1 en la Clínica de Células Madre Alfa CIRM de UC San Diego. Pero la compañía finalmente espera ayudar también a las personas con tipo 2. María Torres está ansiosa por que tengan éxito, tanto para ella como para su familia.»Tengo tres hijos y sé que podrían tener lo mismo que yo», dice María. «Si encuentran una cura, para mí, eso es tranquilidad.Para obtener más información sobre la investigación de la diabetes financiada por el CIRM, visite nuestra hoja informativa.