» Creo que la aspirina es el mejor medicamento contra el cáncer en la actualidad. Creo que todos los mayores de 50 deberían tomar aspirinas. Es lo más barato del planeta y muy efectivo: tomo una pastilla de 25 mg al día.»Así lo dijo el profesor Mel Greaves, del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, en una conferencia reciente en la que presentó un documento sobre las complejidades del cáncer.

La aspirina es un medicamento antiinflamatorio clásico. Inhibe la producción de una enzima involucrada en la inflamación de conducción. (También inhibe la acción de una enzima estrechamente relacionada, causando potencialmente el efecto secundario del sangrado gástrico.)

Hay investigaciones en animales y personas que sugieren que el consumo a largo plazo de aspirina puede reducir el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer o de que ciertos tipos de cáncer vuelvan a aparecer. Si se debe tomar o no de forma rutinaria como profiláctico se debate acaloradamente, en parte debido a los efectos secundarios. Pero, en octubre de 2015, se puso en marcha un nuevo juicio en el Reino Unido: es el ensayo clínico más grande del mundo hasta la fecha para investigar si la aspirina realmente puede prevenir la reaparición del cáncer de intestino, mama, próstata, estómago y esófago en personas que han sido tratadas con éxito. Si tiene éxito, determinará si para este grupo, al menos, los beneficios superan a los riesgos.

No está claro exactamente cómo la aspirina puede reducir el riesgo de cáncer. Pero, dice Young Kim, quien investiga en la división de prevención del cáncer del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, «la inflamación crónica, no aguda, juega un papel crítico en la aceleración del desarrollo del cáncer». La investigación sugiere que la inflamación crónica juega un papel clave en los cánceres de colon, próstata, páncreas, mama y pulmón, dice.

El mecanismo principal es el proceso inflamatorio en sí, explica: los químicos inflamatorios hacen que las células en las membranas de estos órganos se vuelvan inestables y susceptibles a los tipos de cambios que en última instancia pueden conducir al cáncer. La aspirina puede reducir la producción de algunos de estos productos químicos. Pero también, argumenta Kim, pueden ciertos alimentos, y los alimentos generalmente no tienen efectos secundarios. «Las verduras y las frutas son excelentes fuentes de componentes antiinflamatorios naturales que mantienen la salud y previenen enfermedades graves como el cáncer», dice.

En una revisión de la investigación sobre si ciertos nutrientes, como los ácidos grasos omega-3, podrían modificar la inflamación crónica e influir en el riesgo de cáncer, Kim y sus colegas concluyeron que se necesita más trabajo, pero «los beneficios sociales de usar alimentos y sus componentes para prevenir la inflamación crónica y las complicaciones asociadas, incluido el cáncer, son enormes».

Una amplia gama de otras enfermedades también se están vinculando a la inflamación crónica, incluidas afecciones relacionadas con el cerebro, como la enfermedad de Alzheimer y la depresión. Sin embargo, no está claro hasta qué punto la inflamación en realidad impulsa estas enfermedades, argumenta Alberto Ascherio, profesor de epidemiología y nutrición en la Escuela de Salud Pública de Harvard. Con la depresión, por ejemplo, en el trabajo en el que estuvo involucrado, «los datos apuntan en la dirección de que la dieta ayuda a reducir el riesgo de depresión, pero no creo que sea definitivo». Mientras tanto, con el Alzheimer, aunque hay investigaciones que sugieren que el ibuprofeno podría ayudar, dice que también hay investigaciones que encuentran que otro tipo de antiinflamatorio puede empeorar los síntomas.

Dado eso, no está claro cómo una aspirina diaria afectaría la salud general a largo plazo de una persona que no tiene un riesgo particularmente elevado de padecer tales enfermedades. Pero a medida que más ensayos clínicos grandes produzcan resultados, comenzaremos a aprender quién podría beneficiarse realmente.