La asociación con el movimiento surrealista
El propio estilo de Dalí finalmente comenzó a mostrarse: dibujaría, de una manera extremadamente precisa, los temas extraños de su mundo de sueños. Cada objeto, aunque cuidadosamente dibujado, existía en extraño contraste con otros objetos y estaba contenido en un espacio que a menudo parecía inclinarse bruscamente hacia arriba. Aplicó colores brillantes
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a objetos pequeños contra grandes manchas de color opaco. Su estilo personal mostró una serie de influencias, entre las que destaca su contacto con el surrealismo. Los surrealistas creían en la libertad artística y política para ayudar a liberar la imaginación. El primer contacto de Dalí con el movimiento fue a través de ver pinturas; luego conoció a otros artistas surrealistas cuando visitó París, Francia, en 1928. Dalí creó algunas de sus mejores pinturas en 1929.
A principios de la década de 1930, muchos de los surrealistas comenzaron a separarse del movimiento, sintiendo que la acción política directa tenía que venir antes de cualquier revolución artística. Dalí presentó su «método Paranoico-Crítico» como una forma de evitar tener que conquistar políticamente el mundo. Sintió que al usar su propia visión para colorear la realidad a su gusto, sería innecesario cambiar el mundo. El método Paranoico-Crítico significaba que Dalí se había entrenado a sí mismo para poseer el poder de mirar un objeto y » ver » otro. Esto no se aplicaba solo a la pintura; significaba que Dalí podía tomar un mito que se interpretaba de cierta manera e imponerle sus propias ideas personales.
Un evento clave en la vida de Dalí durante este tiempo fue conocer a su esposa, Gala, que en ese momento estaba casada con otro surrealista. Ella se convirtió en su principal influencia, tanto en su vida personal como en muchas de sus pinturas. Hacia finales de la década de 1930, la visión exagerada de Dalí de sí mismo comenzó a molestar a los demás. André Breton (1896-1966), un poeta y crítico francés que fue un destacado surrealista, expulsó airadamente a Dalí del movimiento surrealista. Dalí siguió teniendo mucho éxito en la pintura, así como en la escritura, el diseño de escenarios y las películas, pero su seriedad como artista comenzó a cuestionarse. Tomó una postura firme contra el arte abstracto (poco realista) y comenzó a pintar temas católicos en el mismo estilo apretado que había descrito anteriormente sus pesadillas personales.