¿Cómo está tu espalda? Alrededor de una cuarta parte de la población de Australia experimenta un episodio de dolor de espalda en cualquier momento, y casi todos nosotros (alrededor del 85%) tendremos al menos una experiencia de por vida con dolor de espalda.
Pero tratarlo parece muy difícil. Respaldando un estudio de 2015 que muestra que el paracetamol es ineficaz para el dolor de espalda, nuestra investigación más reciente muestra que los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como Nurofen y Voltaren, proporcionan beneficios mínimos y alto riesgo de efectos secundarios.
Sin embargo, no es causa de desesperación. Existen métodos eficaces para controlar el dolor de espalda, pero no son tan simples como tomar una píldora.
Alejarse de los analgésicos orales
Los profesionales de la salud suelen recomendar a las personas con dolor de espalda que tomen analgésicos para aliviar el dolor.
Las directrices australianas anticuadas para el tratamiento del dolor de espalda recomiendan el paracetamol como analgésico de primera elección, los AINE como segundo y los opioides orales como medicamentos de tercera línea. El paracetamol sigue siendo el analgésico de venta libre más comprado en Australia, pero hemos demostrado que es ineficaz para el dolor de espalda.
Las directrices del Instituto Nacional de Excelencia en la Salud y el Cuidado (NICE) del Reino Unido de 2017 ya no recomiendan el paracetamol como una intervención independiente para el dolor de espalda. En el Reino Unido, se recomiendan los AINE como analgésico de primera elección para el dolor de espalda, y los opioides como segundo.
Sin embargo, en una investigación publicada la semana pasada, mostramos que los AINE como el ibuprofeno (como el Nurofeno) y el diclofenaco (como el Voltaren) solo ofrecen un alivio marginal del dolor de espalda en comparación con un placebo (píldora de azúcar). Solo uno de cada seis pacientes tratados con AINES logró una reducción significativa del dolor.
También encontramos que las personas que toman AINE tienen más del doble de probabilidades de experimentar vómitos, náuseas, úlceras estomacales o sangrado en comparación con las que toman placebo.
El estudio plantea la cuestión de si los beneficios de los AINE superan el riesgo de efectos secundarios que ofrecen estos medicamentos.
Estos resultados se obtuvieron al revisar 35 estudios de 6,065 personas con varios tipos de dolor espinal, incluido dolor de espalda baja, dolor de cuello y ciática (dolor que se extiende hasta la pierna, a menudo experimentado como hormigueo, sensación reducida o pérdida de fuerza).
Los opioides como la oxicodona también deben evitarse para el dolor de espalda, ya que han demostrado aumentar las posibilidades de tener efectos secundarios graves, incluido el uso indebido, la sobredosis y la dependencia. En Australia, alrededor del 20% de las personas que acuden a un médico de cabecera por dolor de espalda reciben un analgésico opioide, pero investigaciones recientes han demostrado que proporciona un beneficio mínimo para las personas con dolor de espalda.
Otros tratamientos y actividades que no ayudan
El reposo en cama no es útil para el dolor de espalda e incluso puede retrasar la recuperación. Sin embargo, también se debe evitar el trabajo físico pesado en los primeros días después de que comience un episodio de dolor de espalda.
No se recomiendan otras opciones de tratamiento, como acupuntura, ultrasonido, simulación eléctrica de nervios y corsés u órtesis para los pies, ya que no hay pruebas sólidas que respalden su uso.
Incluso si se desconoce la causa del dolor de espalda, es poco probable que las imágenes (rayos X, RM) influyan en el manejo o proporcionen información significativa.
Ayuda, tengo dolor de espalda!
El dolor de espalda es un problema que tenemos que resolver. Los costos del tratamiento son de casi A 5 mil millones cada año en Australia, y es la principal condición de salud que obliga a las personas mayores a jubilarse prematuramente. En los Estados Unidos, la pérdida de días de trabajo debido al dolor de espalda cuesta US billion 100 mil millones al año.
Entonces, si los medicamentos e intervenciones más comunes para controlar el dolor de espalda no funcionan, ¿qué deben hacer las personas en su lugar?
Primero, debe haber un enfoque más fuerte en la prevención del dolor de espalda. Sabemos que los programas de educación y ejercicio pueden reducir sustancialmente el riesgo de desarrollar un nuevo episodio de dolor de espalda. Además, también sabemos qué puede desencadenar el dolor de espalda, como las tareas manuales que implican cargas pesadas, posturas incómodas y estar fatigado o cansado durante una actividad.
En segundo lugar, una vez que las personas tienen dolor de espalda, se les debe dar consejos e información personalizados para ayudarlas a manejar su afección por sí mismas. Se debe recordar a los pacientes la naturaleza benigna del dolor de espalda. La mayoría de nosotros tendrá un poco de dolor en la parte baja de la espalda, pero los casos muy raros se asociarán con causas más graves (cáncer, fractura). Recordar a las personas la importancia de mantenerse activas dentro de sus propias limitaciones también es crucial. Esto incluye dar un paseo corto o evitar sentarse durante mucho tiempo.
Además, las personas con dolor de espalda deben considerar tratamientos de fisioterapia y participar en programas de ejercicios, incluidos ejercicios aeróbicos, fortalecimiento, estiramiento, Pilates o yoga. Estas intervenciones tienen una eficacia pequeña pero probada para aliviar los síntomas del dolor de espalda con efectos secundarios pequeños o nulos.
Para las personas con dolor de espalda continuo o persistente, una alternativa a tomar analgésicos «fuertes» como los opioides es formar parte de un programa de manejo del dolor. Estos tratamientos son administrados por profesionales de diferentes orígenes clínicos e incluyen componentes que se centran no solo en problemas físicos, sino también en factores psicosociales, como la depresión, el estrés y la ansiedad.
El dolor de espalda tiene muchas causas y escenarios de presentación, y una solución rápida no es la respuesta. Aunque a todos nos gustaría que el dolor de espalda se resolviera con analgésicos, la evidencia nos indica una dirección diferente.
Controlar nuestro peso corporal, llevar una dieta saludable, realizar actividad física regular y reducir el estrés y la ansiedad es probable que ofrezca beneficios a largo plazo no solo para la región lumbar de las personas, sino también para su salud en general.