Antracnosis, un grupo de enfermedades fúngicas que afectan a una variedad de plantas en áreas cálidas y húmedas. Los árboles de sombra como el sicómoro, el fresno, el roble y el arce son especialmente susceptibles, aunque la enfermedad se encuentra en varias plantas, incluidas las hierbas y las plantas anuales.
La antracnosis causa la marchitez, marchitez y muerte de los tejidos. Infecta comúnmente los brotes y hojas en desarrollo. Los hongos causantes (generalmente Colletotrichum o Gloeosporium) producen esporas característicamente en pequeños cuerpos fructíferos hundidos en forma de platillo conocidos como acervulos. Los síntomas incluyen manchas o lesiones hundidas (tizón) de varios colores en hojas, tallos, frutas o flores, y algunas infecciones forman cancros en ramitas y ramas. La gravedad de la infección depende tanto del agente causal como de la especie infectada y puede ir desde la mera antiestética hasta la muerte.
A finales de la década de 1970, se identificó una nueva forma de la enfermedad, conocida como antracnosis de cornejo, en América del Norte. A diferencia de otras formas de antracnosis, prospera en climas fríos. La antracnosis de cornejo apareció por primera vez en el noroeste del Pacífico y pronto se extendió al este de los Estados Unidos, lo que finalmente resultó en graves pérdidas de rodales naturales de cornejos en regiones montañosas. El agente causal, el hongo Discula destructiva, no fue descrito hasta 1991.
La antracnosis se puede evitar destruyendo partes enfermas, utilizando semillas libres de enfermedades y variedades resistentes a las enfermedades, aplicando fungicidas y controlando insectos y ácaros que propagan hongos antracnosos de planta en planta. Para las infecciones de plantas anuales, como tomates o melones, se sugiere la rotación de cultivos para limitar la acumulación de esporas de hongos en el suelo.