¿Cuáles son los síntomas de la resistencia a la insulina?
La insulina, aunque se produce en el páncreas, es una hormona que afecta a todas las áreas del cuerpo. Como tal, los síntomas pueden aparecer en casi cualquier lugar. Es posible que su médico necesite un poco de trabajo de laboratorio para profundizar en algunos de los efectos físicos de la resistencia a la insulina, sin embargo, los síntomas más comunes son:
- Aumento del índice de tamaño abdominal (circunferencia de la cintura en cm: acantosis nigricans – Manchas oscuras en la ingle, las axilas o el cuello
- Niveles altos de triglicéridos y niveles bajos de HDL (colesterol bueno)
- Hiperinsulinemia – niveles elevados de insulina en la sangre
- Porcentaje elevado de grasa en el hígado
- Aumento de peso inexplicable
- Presión arterial alta
- Gota
¿resistencia a la insulina?
Si no se controla durante demasiado tiempo, el páncreas puede agotarse y algunas de sus células pausarán la producción de insulina. Esta reducción de la producción de insulina, en combinación con niveles de azúcar cada vez mayores, suele ser el momento en que se descubre la diabetes tipo 2. Afortunadamente, ahora conocemos muchas de las causas de la resistencia a la insulina…¡y saber es la mitad de la batalla!
Genética
La predisposición genética juega un papel importante en si luchará o no con la resistencia a la insulina. Por ejemplo, si un padre tiene diabetes tipo 2, el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 es un 38% mayor.
Estilo de vida
La buena noticia es que no estamos completamente determinados a tener diabetes por nuestros genes. Con nuestro estilo de vida, podemos influir epigenéticamente si ciertos genes están «activados» o no. Un exceso de calorías, especialmente azúcar o carbohidratos, que no podemos procesar lo suficiente debido a la falta de ejercicio, puede desencadenar la resistencia a la insulina.
En 2017, el estudio directo mostró que al reducir las calorías y el peso después de 12 meses, casi la mitad de los participantes del estudio tenían valores de azúcar tan buenos que ya no era necesario tomar medicamentos para la diabetes. Este es solo uno de los innumerables estudios que muestran cómo un estilo de vida saludable es una piedra angular en el desarrollo de la resistencia a la insulina.
Forma corporal
La grasa almacenada en los órganos y en el abdomen se llama grasa visceral y esto típicamente aumenta la resistencia a la insulina. En particular, esta concentración central de grasa puede resultar desafiante para el hígado.
El hígado naturalmente quiere deshacerse del exceso de reservas de grasa. Lo hace cargando el exceso de grasa en pequeños «barcos de transporte» (las llamadas partículas VLDL). Estos «botes» mueven los ácidos grasos a través del torrente sanguíneo hasta las células musculares. Pero si el cuerpo ya está luchando para aceptar nutrientes debido a la resistencia a la insulina, esos barcos de transporte terminan siendo arrojados de nuevo al torrente sanguíneo, acumulándose en las paredes arteriales. Esto provoca inflamación y obstrucción de las arterias.
Bacterias & Inflamación
La inflamación en general es mala cuando se trata de resistencia a la insulina, pero la inflamación de las encías en particular, es especialmente mala. El bolsillo gingival inflamado contiene bacterias que pueden pasar al torrente sanguíneo causando una respuesta inflamatoria que aumenta la resistencia a la insulina.
También hay evidencia de que una alteración en el ambiente bacteriano en el intestino puede causar inflamación, lo que agrava la resistencia a la insulina y otros problemas metabólicos.
10 Formas de Combatir la Resistencia a la insulina
Aunque no podemos hacer mucho para alterar la genética (si solo pudiéramos ponernos al día con esas películas de ciencia ficción), hay muchas cosas que podemos controlar para compensar el estilo de vida, la forma del cuerpo y los factores inflamatorios que causan la resistencia a la insulina. Principalmente:
1. Más movimiento: Todo cuenta, ya sea subir escaleras, andar en bicicleta o simplemente caminar más. No tiene que ser un deporte competitivo, pero el movimiento regular es importante. El entrenamiento de fuerza también es ideal para la quema continua de grasa y la activación de las plantas de energía de las células, las mitocondrias.
2. Menos dulces: Consume la menor cantidad de azúcar posible. Evite especialmente las bebidas endulzadas. El xilitol, el eritritol o la stevia pueden ser alternativas, pero con moderación. Tenga en cuenta los azúcares naturales de la fruta, así como los recuentos de fructosa como dulce.
3. Coma el arco iris: Concéntrese en alimentos enteros, sin procesar y muchas verduras frescas. ¡Cuanto más color, mejor! ¡Coma un puñado de nueces y pescado azul regularmente también!
4. Asuntos intestinales: Se debe agregar mucha fibra y productos fermentados a la dieta. Las bacterias contenidas en el yogur también promueven buenas bacterias intestinales. Evite los edulcorantes artificiales, ya que pueden promover la inflamación.
5. Al día con Omega-3: Consumir al menos 2 g de ácidos grasos omega-3 al día puede reducir la resistencia a la insulina, disminuir los triglicéridos en sangre y mejorar la resistencia a la insulina..
6. Evitar el pastoreo: Debe haber un descanso de al menos 4 o 5 horas. También se ha demostrado que el ayuno intermitente reduce la sensibilidad a la insulina.
7. Días enteros de avena: Benefíciese de tener días de avena en su dieta para mejorar la resistencia a la insulina. Puedes encontrar más información aquí.
8. Limpie esos dientes: La limpieza profesional y los controles dentales regulares mantienen sanos los dientes y las encías y ayudan a reducir la posibilidad de que las bacterias gingivales se inflamen y contribuyan a la resistencia a la insulina.
9. Duerma bien: La evidencia muestra que dormir mal aumenta la resistencia a la insulina.
10. Reducir el estrés: El cortisol, una hormona del estrés, aumenta la resistencia a la insulina.